jueves, 26 de febrero de 2009

Una soledad demasiado ruidosa





"Hace treinta y cinco años que trabajo con papel viejo y ésta es mi love story. Hace treinta y cinco años que prenso libros y papel viejo, treinta y cinco años que me embadurno con letras, hasta el punto de parecer una enciclopedia, una más entre las muchas de las cuales, durante todo este tiempo, habré comprimido alrededor de treinta toneladas, soy una jarra llena de agua viva y agua muerta, basta que me incline un poco para que me rebosen los más bellos pensamientos, soy culto a pesar de mí mismo y ya no sé qué ideas son mías, surgidas propiamente de mí, y cuáles he adquirido leyendo, y es que durante estos treinta y cinco años me he amalgamado con el mundo que me rodea porque yo, cuando leo, de hecho no leo, sino que tomo una frase bella en el pico y la chupo como un caramelo, la sorbo como una copita de licor, la saboreo hasta que, como el alcohol, se disuelve en mí, la saboreo durante tanto tiempo que acaba no sólo penetrando mi cerebro y mi corazón, sino que circula por mis venas hasta las raíces mismas de los vasos sanguíneos. Por regla general, prenso unas dos toneladas por mes, y para tener fuerzas para este bendito trabajo, durante treinta y cinco años he bebido tanta cerveza que con ella se podría llenar una piscina olímpica o una buena cantidad de viveros de carpas navideñas. De esta manera, a pesar de mí mismo, me he vuelto sabio y ahora me doy cuenta de que mi cerebro es un fajo de pensamientos prensados en la prensa mecánica, mi cabeza calva es la nuez de Cenicienta, y sé bien que los tiempos en los que el pensamiento estaba inscrito en la memoria humana tenían que ser mucho más hermosos; si en aquel tiempo alguien hubiese querido prensar libros, tendría que haber prensado cabezas humanas, pero tampoco eso habría servido para nada, porque los verdaderos pensamientos provienen del exterior, van junto al hombre como su fiambrera de fideos y por eso todos los inquisidores del mundo queman los libros en vano, porque cuando un libro comunica algo válido, su ritmo silencioso persiste incluso mientras lo devoran las llamas, y es que un verdadero libro siempre indica algún camino nuevo que conduce más allá de sí mismo."

Así comienza "Una soledad demasiado ruidosa" de Bohumil Hrabal. El video es el trailer de una versión cinematográfica con marionetas...

1 comentario:

ned henry dijo...

"a pesar de mi mismo". Me viene esa sentencia como anillo al dedo, aunque si te digo la verdad yo no soy precisamente Hrabal, si es de sabiduría de lo que hablamos. Me falta mucho, pero si me esfuerzo por ser justo y por ser sincero, que tal vez sea otra forma de sabiduría, una rama del frondoso árbol.

Buenas noches Juanmi, estoy pasando unos días malos con los agobios y la maldita depre, que ya parece que fuese amiga inseparable. Se reduce en que creo que he metido la pata en un asunto, me parece que me he equivocado, pero aun asi he decidido quedarme con mi decisión de antes de creerme equivocado. Cómo diablos puede uno aplicar la misma determinación a dos posibilidades opuestas... buena pregunta, pero lo voy a hacer. En el decibelio tienes un desvarío en forma de entrada con fecham de hoy. Pero no creo que te aclare mucho. Si tuviese la sesera para eso podría escribir otro Don Quijote, una autobiografía, pero no poseo ni el talento, ni la tranquilidad ni el ánimo.

Empiezo aquí este miniciclo por tus entradas etiquetadas con el tag "Hrabal", por el placer de leerte, porque me gusta tu forma de escribir que creo que ya debes de saberlo; también como calentamiento a los libros que ha de traerme Baltasar (si me porto bien, claro, Baltasar es un Rey exigente pero siempre acaba por portarse), y por curiosidad terrible.

Abrazo.

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