jueves, 28 de mayo de 2009

Wilco. Teatro Calderón, 26-mayo-09

No tengo ni idea de qué ni cómo escribir sobre el concierto de Wilco en Madrid, en el Teatro Calderón, el pasado martes 26... Bueno, sí, pero cómo hacerlo sin que suene exagerado, ñoño, infructuosamente estrambótico... No lo sé.
Disfruté como un infante el último día de colegio, sólo me faltaba la niña más guapa del cole de la mano para haber levitado. Al entrar creía recordar el teatro más grande, y me gustó ese ambiente casi familar. A la gente se le notaba nerviosa, con ganas. Habían reutilizado parte de la escenografía que utilizan en las funciones teatrales habituales (no sé qué programan actualmente, y tampoco creo que me emocione saberlo) y, entre las luces y los intrumentos apilados, parecía que íbamos a ver a Wilco en el salón del Nautilus.


Video del concierto del 26-Mayo...

Había teloneros y nadie lo sabía. Akron Family. Tres hippies desmesurados que se ganaron el entusiasmo de los que les escuchamos a base de ganas, locura y música. No hacen folk al uso, no hace psicodelia al uso, no hacen rock al uso, hacen todo eso pero a su modo...

Y tras media hora salieron Wilco... No sé si afirmar algo así como que son la banda que está en mejor forma del momento es exagerado, o que son la mejor banda de rock actual, no lo sé, pero verlos, allí, ver y oir cómo crean pasajes sonoros inmensos y hermosísimos te hace pensarlo mientras los ves... Se gustaron, se les ve increiblemente seguros de sus recursos y sobre todo de su discurso, tienen canciones para llevar cualquier concierto al niveles que muy pocos pueden, y todos estábamos allí sintiendo eso...
El listado de canciones está en una entrada más abajo y habla por sí solo. Leí un entrevista hace años en donde Jeff Tweedy decía que el arte en sí mismo no te hace sentir nada, sino que a lo sumo te hace saber cómo te sientes, y yo me sentí genial, afortunado, llevado por todo aquello...
Con "A shot in the arm" la gente no pudo más que levantarse de sus asientos y mostrar lo que nos hacía sentir Wilco con una ovación de aupa.
Decir que Nels Cline es un guitarrista impresionantemente genial es redundante, que Glenn Kotche es un percusionista asombroso, que Mikael Jorgensen es imprescindible desde su segundo plano, que Pat Sansone es el apoyo perfecto a los teclados, a las guitarras y a las voces pero que su actitud de rock star a su manera le da un toque que banaliza (seguramente por fortuna) las pretensiones y el halo vanguardista de todo también es redundante, que John Stirratt es el brazo derecho perfecto igual, y qué decir de Jeff Tweedy, uno de los grandes compositores de canciones americanos de los últimos 15 años... Si en un mundo fantástico nos hubiéramos sentado él y yo a escribir el set list del pasado martes, en plan, venga tío, qué canciones quieres oir, creo que no hubiéramos hecho un set list muy diferente al que vi... Fue perfecto, fue emotivo, divertido, doloroso, ruidoso, frágil, sangrante, luminoso, catártico, hermoso, evocador, directo, duro como una roca, y bello, sí, lo diré, fue un concierto lleno de belleza, por todos lados y, joder, hay que llenar la vida de esas cosas...


Una crítica más objetiva...
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/27/cultura/1243393284.html

1 comentario:

IVAN dijo...

Demasiados adjetivos calificativos en esta crónica. Mejor leeré la de El Mundo. Jajejijoju.
A ver si podemos hablar hoy, que últimamente estás más ilocalizable que el mismísimo gay (y eso es realmente difícil). Cuídese.

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