domingo, 21 de junio de 2009

La virgen de la soledad




"No tenía donde poner los pies por temor a dar un paso atrás, por pensar en recorrer de nuevo el camino a casa desde el arcen...
Días extraños, sin duda. Sobre los rincones se amontonan libros que empiezo y empiezo o releo y descubro... El lobo Estepario, La pasión, Mi relación con la comida, El caso Tulayev, Diarios de Anais Nin, Los detectives salvajes, La nieta del señor Ninh... ¿Acabaré alguno? Eso espero.
Mucho calor, mucho delirio y mucha soledad. Los torpes ganchos de derecha sufridos para ver cómo limpia su femenina conciencia irredenta la mujer que dejó de quererme y que quizá nunca me quiso de verdad, hacen que mermen mis fuerzas, lo cual molesta sobremanera porque me cuesta mucho encontrarlas, y que te las roben de un plumazo certero cuando uno cree que ya está algo mejor no es bueno para nadie. Mi reino por un caballo, mis noches por un beso; qué más da, cada uno hace trueque con lo que tiene a mano.
En mi cabeza resonaba esta mañana una canción que me parece genial, una canción que me gusta pero que hace siglos que no oía, de hecho no sé por qué la he recordado, los domingos deben ser así y yo no lo entiendo del todo, pero me dejo llevar... y releo y escribo torpezas y se me clavan los minutos como ballonetas en la espalda, estocadas de un ejército que me persigue, que no soporto y que, lo peor, no logro entender su razón de ser.
Te mandan al rincón, a galeras, a la mierda, como quien decide lo que va a comer abriendo el frigorífico y mirando dentro con desgana después de quejarse de lo poco que hay para elegir...
La noche que bailé con el amor de mi vida, llovía demasiado para prender la mecha y yo tenía dinamita en la saliva, eso cantamos Alfredo y yo. Y pulso el play de nuevo. Cantar sobre mojado es como bañarse en el mar mientras llueve, es una gilipollez que sólo reconforta a quien lo hace.
No sé cuántos morirán este domingo pero yo hoy no llevo boleto. Me jugaré con cualquiera la poca autoestima que me queda a los dados, parapetado tras el escudo de los mensajes de auxilio del móvil, o conmigo mismo si es preciso, mirando el reflejo del sol en una laguna desde un lugar alejado que he conocido donde huele a parrilla y una camarera preciosa arroba el aire con un familiar y esperanzador perfume caro y exquisito que te abofetea como la caricia de un oso que acaba de hacerse la manicura, sobre todo cuando se da la vuelta con una sonrisa pícara y dulce que rompe la serenidad del aire y te devuelve de golpe a la esquina del ring con la cara magullada, sin prisa y con sarcasmo pero irremediablemente a la espera de la campana que de paso al próximo round...
Porque todo empieza de nuevo y no quiero estar muerto, porque me conformo con estar dolorido... brindo por la Virgen de la soledad, para que deje de ser virgen y de estar tan sola... brindo por los días en los que levantarse parece una broma, por las noches en las que no estás tu y casi todo me sobra..."
Bruno Gómez, "La cena de las lagartijas", Ed. Trígono, Venezuela, 2009.


http://www.youtube.com/watch?v=7I2fdtB-ZdM
He descubierto que este texto hace referencia a esta canción, pero no deja incrustarla, por eso pongo el link... y la de abajo es otra canción del mismo grupo que me gusta mucho... Ved a Lepunk en directo siempre que podais...

1 comentario:

Anonymous dijo...

Aguante Contreras !!!! Al final de todos los túneles, siempre hay luz.

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