lunes, 11 de octubre de 2010

El Metalheart, la niña rockera y Forbidden, Twisted into form

Los meses 1, 4, 7 y 10, desaparezco, lo sé. Si eres autónomo, esos meses Hacienda llama a tu puerta, y no precisamente para venderte cosas de aseo y acicalamiento personal, por lo que es lógico que si mi actividad se reduce a no sucumbir presa del pánico entre facturas, piense poco en este humilde y psicotrópico blog. Claro que se me ocurren cosas, pero me parecen vanas y sin entidad; también viene gente particular con pedidos, que si bien no son peculiares, sí pasan a serlo por cómo lo piden (una clienta me pidió el otro día "La pasión trusca", y al final no, no era el libro de Antonio Gala, sino "La sonrisa etrusca" de Sampedro, y solamente me llevó 10 minutos descubrirlo, a pesar de que, por las indicaciones que ella me daba, tampoco me lo puso fácil; y un chaval con evidentes signos de problemas de atención, me pidió Far Away 451...esta era fácil, me dio tanta cosica que al irse casi le digo que hay película del libro).

Me pido ser... ese, el de la peluca...
La mayoría de mis pensamientos giran en torno al traspaso de la librería, facturas y lo que me rodea, normal que no esté escuchando a B'52 todos los días. Al espíritu otoñal que arrastro se le suma una regresión metalera de aúpa. El otro día, una niña estaba viendo videos youtube con su madre, cuando se me ocurrió, viendo cómo reaccionaba la niña ante ciertas cosas, meter el moco y sugerir un video de Twisted Sister, We're not gonna take it. BUM. La niña flipó, literalmente, hasta hizo headbanging espontáneo y vitoreó a Dee Snider, rebautizando a TS como Los Locos. Y ahora todo gira en torno a Los Locos. Hay que ir al colegio escuchando a los locos, hay que cenar oyendo a los locos, hay que montar una fiesta vestidos como Twisted Sister, hay que ir a verlos en directo, incluso hay que contactar con ellos para convencerlos de que vayan a su colegio (pero a la hora del recreo, puntualiza ella siempre)... No hay nada malo es eso, TS molan, ejercieron cierta influencia en este que aquí escribe de pequeño (un poco más mayor de lo que la niña es ahora); que cinco rockeros vestidos como furcias salidos de la más sucia alcantarilla del barrio más lumpen y más deprimido de NY influyeran a millones de chavales con su música en vez de acabar muertos a navajazos o dejándose la vida en una fábrica cualquiera es algo a tener en cuenta, pero no hay que quedarse en ellos, al menos no 24 horas al día y al menos no solamente con We're not gonna take it, por lo que intento ponerle otras cosas, algo difícil con una niña, ya sabéis que si algo les gusta, les gusta, y punto, así que ponla otra vez... Beatallica le flipan pero no entiende que sea otro grupo, por lo que también son Los Locos, al igual que Zodiac Mindwarp y su Prime Mover, que también son Los Locos... Estos son otro grupo, le digo, y ella contesta, no, son Los Locos, y yo le insisto, y si la convenzo, entonces me dice, pues quítalos y pon a Los Locos... Y alzamos los cuernos a ritmo de I wanna Rock (que también le gusta). Yo no sé lo que he hecho, la verdad, porque el videoclip se lo sabe de memoria y dice que quiere vestirse como Dee Snider un día... Su madre me mira en esos momento y yo pienso, para mí que ya no me quieres tanto...



Esta tierna y manipuladora compañera del metal que "he creado" sin querer ha provocado un seísmo regresivo en mí impensable unas semanas atrás (con lo contento que yo estaba con mi última compra a Amazon). Ahora en el coche solamente pongo a Ozzy, Tesla, Def Leppard, Y&T, Steelheart (éstos más por guiño íntimo que por filia) o Badlands. Y en la tienda he de andar con ojo, porque como me despiste, entran las señoras a pedirme el libro de María Dueñas mientras atruena "Living after midnight" y yo estoy en pleno air guitar como una soterrada locaza llena de tachuelas (ay, Haldford que engañaditos tuviste al metalerío en los '80, como Freddie Mercury a Brian May en los '70...). De golpe vivo en mitad de los '80, y me parto viendo imitar a Dee Snider a un mico de casi 7 años. Es una faceta de la música que no hay que olvidar, la diversión (con conciencia de confetti y rimel, sí, pero también de clase) y prefiero una macarra estilo Joan Jett en casa que una seguidora histérica de grupos como Pereza (qué ídem...), Fito o La Cuarta (¿o era quinta?) estación y series como Patito Feo. Si en diez años en vez de trabajar vendiendo libros o viviendo del estado acabo en una zapatería y la susodicha es de mallas y chupa de flecos me cambiaré el nombre por el de Al Bundy, lo juro por Phill Lynott.
Esta caída en barrena me ha hecho rescatar emociones fuertes, buscar cosas viscerales que intelectualizar via corazón, y he desempolvado uno de esos discos que son como un secreto inconfesable, de esos que nunca dirías que te gustan en una entrevista en RockdeLuxe, o en Babelia, o en Qué leer o en Página2 pero que secretamente escuchas con culposo placer (y qué coño, no tan culposo).

Ese es el disco. En la hipotética lista de "20 discos que te llevarías a una isla desierta", seguramente me colapsaría intentando decir cuál de los Stones me llevo, cual de Zeppelin elegiría, cual de Thin Lizzy , Wilco,  Bowie, o cuál de Miles Davis, sin embargo tras elegir 19, sé que el 20 ya está reservado, impepinablemente, me da igual, es el disco con el que Forbidden me volaron la cabeza en 1990.
Poniendo la palma de la mano en la frente: "A mí sin mi disco de Forbidden no me soltáis en una isla cualquiera, aunque me espere la diosa Julie Christie con 30 años" (bueno, vale, quedaos mis discos... a quién quiero engañar... Julia, espérame... pero se me entiende, ¿no?) ¿Que qué tiene ese disco? Nada que no tengan otros a primera vista, thrash metal bruto, pero para mí están un paso más allá. Desde la primera vez que lo escuché tuve la sensación de que ese disco era algo grande, pero no lo conoce ni Cristo, sí, si dices que el batería es Paul Bostaph igual alguien te presta atención, sin embargo cada vez que pincho ese disco no dejo de sorprenderme, ritmos, riffs, estructuras, canciones brutales, la sinfonía perfecta para la semana anterior al apocalipsis (y al carajo con el Black Metal, cualquier chaval noruego puede pintarse la cara y asustar a las vecinas mientras machaca la cuerda más gorda de su molona guitarra BC Rich mientras escupe gruñidos junto a otros tres frikis de su instituto y reparten casquería estratégicamente por el escenario, incluso puede que sean capaces de escribir un tema medianamente potable, pero parir un disco como Twisted into form solamente está al alcance de muy pocos -aparte de los obvios (que tampoco lo son tanto) y Overkill y su Years of Decay-) Así que cuando estaba  a punto de sucumbir a la laca y al spandex de Poison o Rought Cutt me he acordado de Forbidden. Era lógico, es otoño, no me veía surcando la estapa manchega a ritmo de Van Halen, tal vez el ritmo del limpiaparabrisas vaya graciosamente compasado mientras suena Jump, pero no pega si estas en plena tormenta y todo es gris. No, no le pongo a la niña a Forbidden, siempre los he escuchado a solas y me gusta que así sea, y las cosas hay que hacerlas poco a poco, y si ella dice que su canción favorita es la de Twisted Sister, pues al cole atronando...

En la época "gloriosa", formación "clásica"
Luego ya es mi momento. Siempre me pasa, escucho ese disco y pienso, "Joder, qué bueno es". Tal vez si Shostakóvich les hubiese acogido bajo su brazo y les hubiese producido el disco junto a la filarmónica de Leningrado estaríamos hablando de otra cosa, quizá de una obra de arte inmensa surgida de la rabia decadente del sistema capitalista de la América de Bush padre, hecha por unos músicos desheredados y tocados por el secreto de la genialidad y no de un disco epigónico de un estilo de música denostada por ser más propio de una manada de lúmpenes cabreados. Llegaron tarde, el pastel ya se lo habían repartido los Ulrich y compañía, los Gunners estaban llamando a las puertas del cielo henchidos de ego y vanidad y un tímido Kurt Cobain se probaba la camisa de franela de su tío mientras olía a tufillo adolescente y se cabreaba tarareando un estribillo sencillísimo, creando un himno autoindulgente que sólo tenía de revolucionario la pelusa de su ombligo,  llevándose con ello por delante a decenas de grupos que de pronto había que odiar por horteras y llenando de paso las arcas de una industria obsesionada con exprimir a los ídolos de turno hasta la muerte o el patetismo. Si Hetfield hubiese mandado a paseo al llorón de Ulrich, llevándose a Newsted con él, y hubiese formado un grupo con Craig Lociero y Paul Bostaph seguramente nos habríamos ahorrado muchos disgustos (esos Load, Reloads, documentales de vergüenza ajena, ¿por los mismos que firmaron Ride the Lighting? Venga ya....)

Los años pesan, el metal aguanta
Como llegaron tarde, Forbidden no aguantaron los envites caprichosos de la industria, y eso que el metalhead es fiel por naturaleza. Sacaron un par de discos más, pero nada comparable a Twisted Into Form, se separaron, se juntaron, cambiaron de formación y desde hace unos años giran regularmente con una formación más o menos estable, entre sus trabajos, más o menos estables. Russ Anderson da miedo, mastodonte cuyo tamaño ha crecido conforme su poderío vocal menguaba (aunque tiene oficio, mucho). Craig Lociero a la guitarra y Matt Camacho al bajo aguantan muy bien el peso de su mito efímero (vivir del metal es duro, que se lo pregunten a Anvil si no) y acaban de sacar disco nuevo...
Espero no acabar rescatando joyas perdidas en el tiempo de las estanterías que, a pesar de su fiera imagen esconden una candidez entrañable (y otras no tanto, plantearse una escucha en serio del disco Human de los Death o el primero de Metal Church no es moco de pavo), pero no hay que preocuparse, pasado mañana entrego los papeles a la gestoría y el sábado que viene voy a ver a Eilen Jewell y todo volverá a la normalidad; mientras tanto, Forbidden rules!!! Y los Twited Sister, por supuesto... (por favor, que no les pille manía,  por favor, escuchar 20 veces al día We're not gonna take it no puede hacer que odie al grupo de Eddie Ojeda, tened piedad, dioses pequeñitos que sólo queréis escuchar una canción de ellos...)

Regalito... http://vithma.blogspot.com/2010/09/forbidden-us-twisted-into-form-1990.html

 

3 comentarios:

IVAN dijo...

Je, je, je... vas a convertir a Celia hija en «Beca Moody», je,je,je. Divertida entrada, teniendo en cuenta que hoy andamos de luto con lo de Solomon Burke... Cuídense. Se les quiere.

Aitor Fuckin' Perry dijo...

Lo de "La pasión trusca" te lo leí y fue buenísimo. Y lo de tu hija headbanger con Dee Snider, más, es genial. La tía tiene buenos genes. Ojalá salga Joan Jett. Yo tengo una fase más "seria" últimamente. Parece una estupidez pero no me sale escuchar a Def Leppard lloviendo y con frío. En todo caso me encantaría vivir cerca y poder acercarme a tu librería aunque Judas Priest -ayer pasaron el video de 'Living After Midnight' por la VH Classic- no sean lo mío: en todas las librerías que conozco ponen ese jazz ambiental. Es lógico porque con heavy metal al menos yo no me concentro -estudiar con Megadeth es jodido, por ejemplo- para leer, hablar o hacer algo más complejo que dar patadas o encajar zapatos en pies de señoras gordas -grande Al Bundy, el hombre-.

Y hasta ahí puedo leer, que de Forbidden no tengo ni la menor idea. Pero puntualizo cosas jajaj La culpa del exterminio no la tiene Kurt Cobain, la tiene la industria discográfica. 'Nevermind' es un discazo y... bueno, los Poison, Warrant y compañía, así, en confianza, poco han hecho después. Los que pagaron el pato de verdad fueron los grupos de hard rock de segunda fila tipo Faster Pussycat, Little Caesar, Junkyard y compañía... y los 'Load' de Metallica no me parecen para nada malos. Cambiaría la producción pero tienen canciones buenísimas y otras tipo 'Outlaw Torn' tremendas. Y ponle lo que haga falta a la niña. Si de pequeña le mola esa canción de Twisted Sister, en diez años ahí hay un cocktail explosivo jajaj

La Pecera dijo...

Aitor: Escuchar a Forbidden me pone un poco talibán (y no sólo con Metallica) normalmente no desprecio los Loads y Reloads (Some kind of monster si, aunque poco a poco tiendo a pensar que es una comedia con grandes dosis de patetismo). Los Judas tampoco son lo mío, pero apareció en un recopilatorio el "living after midnight" y minetras la canturreaba le vi el lado comico y vacilón al asunto y, sí, suena en la librería a menudo...
Iván, a ver si en la próxima temporada los Moody y Runkel nos animan el invierno...
Keep on rockin'

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