jueves, 11 de agosto de 2011

Mark Twain. "Las cartas de Satán desde la Tierra". Fragmento


No encuentro lectura mejor para estos días. Satán escribiéndoles cartas a Miguel y Gabriel de su viaje e impresiones en la Tierra.

Mark Twain. "Las cartas de Satán desde la Tierra" (Los escritos irreverentes. Ed. Impedimenta). Fragmento, pág 34-35. 

"5) Cada humano de la Tierra posee algo de inteligencia en mayor o menor grado, pero, tenga el cerebro que tenga, está orgulloso de tenerlo. Y todo humano saca pecho cuando se le nombra a los majestuosos jefes intelectuales de su raza, cuyas espléndidas hazañas adora oír contar. Como tienen la misma sangre, al honrarse a sí mismos le han honrado a él. "¡Mirad de lo que es capaz la mente del humano!", exclama. Entonces recita la lista de los humanos ilustres de todos los tiempos, repasando las literaturas imperecederas que han dado al mundo, los ingenios mecánicos que han inventado, las glorias con las que han ornado la ciencia y el arte. Ante ellos se descubre como ante los mismísimos monarcas, rindiéndoles el más profundo homenaje, el más sincero que puede dar su jubiloso corazón, exaltando así el intelecto sobre todas las cosas del mundo, entronizándolo bajo la bóveda de los cielos en una supremacía inalcanzable. ¡Y entonces se inventa un cielo que no tiene ni un ápice de intelectualidad por ninguna parte!
¿No os parece extraño, curioso, desconcertante? Pues es tal y como os digo, por increíble que parezca. Este humano, un sincero adorador del intelecto pródigo en premiar sus poderosos servicios aquí en la Tierra, ha inventado una Religión y un Cielo que no rinden el menor homenaje al intelecto, desprovisto de toda distinción o grandeza. De hecho, ni siquiera lo mencionan.
A estas alturas habréis notado que el Cielo está pensado y construido con un plan muy concreto, de tal modo que contiene en escrupuloso detalle todas y cada una de las cosas imaginables que le resultan repugnantes al ser humano ¡y ni una sola de las que le gustan!
Pues bien, cuanto más avancemos más aparente será este hecho tan curioso.
Tomad buena nota: en el Cielo humano no se ejercita la inteligencia, ni hay nada en lo que poder emplearla. Allí un intelecto corriente se pudriría en un año. Acabaría podrido y apestoso. Podrido y apestoso, es decir, bendito. Al fin sería un cerebro sagrado, pues sólo lo sagrado puede resistir las alegrías de semejante enajenación."

3 comentarios:

Araceli y los demás dijo...

...pues eso, señor Twain, que seguimos igual o peor...

José Fernández dijo...

hostias! vaya andanada!

lu dijo...

Zasca. Como El Diccionario del Diablo, en toda la boca.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...