viernes, 28 de octubre de 2011

Libros, libros, por qué éramos mañana... Lecturas compulsivamente sosegadas



Procesando; a punto de terminar "Juliet, desnuda", me gustaría decir algo de la novela de Hornby, pero creo que me tiene algo descolocado aún para decir cualquier cosa medianamente coherente; una cosa es cierta, las primeras 100 páginas son indispensables para cualquier melómano rockero que se precie, y más aún si tiene en alta estima "Alta fidelidad" (aquí me vale tanto la peli como el libro). Si digo que no me atrevo a decir nada del libro del bueno de Nick, posiblemente sea por la resaca de "La Librería", el precioso libro editado por Impedimenta de Penelope Fiztgerald, el cual tomé como un divertimento y me acabó dando un bofetón en toda regla, tanto estilística como argumentalmente. Si has sido librero, ese libro duele; y si has sido un librero fracasado, ya ni te cuento; y encima es de esos libros que para hablar de ellos tienes que contar, quieras o no, el final y, salvo que seas como yo y no te importe saber el qué porque sabes que a veces importa más el cómo, contar algo de "La Librería" sin caer en lugares comunes sobre la supuesta liviandad inglesa es bastante difícil, sobre todo cuando esa supuesta ligereza sólo está en las primeras ochenta páginas, y la chicha, lo que duele, está después y, claro, debería poner un spoiler enorme, y prefiero descubrir cómo decir algo de este dolorosamente delicioso libro sin joder el final a algún lector incauto (si es que hay de esos por aquí).
 
Jeremy Geddes, detail


Sí, a pesar de haber insinuado hace ya bastantes entradas que estaba enfrascado en "Por qué nos gustan las mujeres", aún no lo he terminado, qué pasa... Soy así... bebo a sorbos lentos, y hay veces que dos páginas abruman más que cien, y soy de los que aguantan a que suene la campana mientras veo las estrellas tras el gancho al mentón, de los que después se van al rincón y se mentalizan que los quince asaltos van a ser muy, muy largos. Aún tengo a Mircea Cartarescu desolado por alguna rumana de la que recuerda cualquier nimiedad (otro libro que juega al juego de espejos de narrador/autor, sí, y qué), esperando en una estación de tren a que me digne a terminar de leer el cuento que me hizo querer parar y pensar todo lo que había leído antes y termine un libro que ya presuponía precioso pero que lo está siendo aún más. Hay lecturas que requieren los seis sentidos, y ese lujo últimamente es alcanzable muy esporádicamente por mí por cuestiones tan mundanas como imperativas, ergo, paseo el libro de acá para allá junto a otros incautos a la espera del gran momento... "Mañana nunca lo hablamos" de Eduardo Halfon es exactamente igual. La culpa la tiene un primer relato de apenas terminé de leer comprobé me había dejado un ojo morado, un hígado castigado y un pulmón distendido. Un playa, un padre, un niño, una muerte que viene a quedarse y un nadador que no piensa y hace lo que cualquiera haría, cualquiera menos la muerte. La cadencia del mar envolviendo unos pies no de niño, hundiéndolos en la arena y en la infancia. Apenas dos páginas de un libro que intuyo un folio y medio en word, apabullantes. No pude leer más. Desde ese día, como si fueran mis zapatos, el libro de Halfon también va conmigo por si las fuerzas volvieran. "Éramos unos niños" y "Dublinés" completan el sexteto de libros que completan mi jubón. Patti Smith está rompiendo con sutileza e imágenes incontestables mis prejuciosos recelos, y el cómic sobre la biografía de Joyce de Alfonso Zapico ha resquebrajado mi máxima irrenunciable de "el Ulises de Joyce pa quien lo quiera, que yo no doy" y lo mismo lo intento again (y van...)


Demasiado frentes, lo sé... Y más cuando la idea es la de acabar hablando de todos ellos por separado en algún momento de los próximos días.... El primero, lo he decidido ahora, será el de "Juliet, desnuda"; la encuesta propuesta por Nikochan Island (http://nikochanisland.blogspot.com/2011/10/face-to-face-with-guzzest.html...) y a la que he sido invitado, me obliga a  ordenar mi cabeza sobre lo que el libro de Hornby me ha hecho darle vueltas...

2 comentarios:

lu dijo...

¿Cómo puedes leer tantos libros a la vez? Qué jaleo... A mí "Juliet, desnuda" me dejó igual, que es como lo peor que me puede pasar con un libro, prefiero mil veces lo de los bofetones. También he leído el de Patti Smith, me lo regalaron por duplicado el año pasado dos personas distintas. No entiendo por qué la gente cree que me tiene que gustar Patti Smith, es muy curiosa la imagen que tienen de ti los demás, muy curiosa.
Besos!

La Pecera del Caimán dijo...

Lu, tienes razón con lo de la imagen que tienen de uno los demás... A mí me está gustando el libro de Patti... Y el de Hornby, no sé, me gustó, creo, pero intentaré escribir algo...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...