lunes, 30 de noviembre de 2009

Cosas sorprendentes... o no tanto...


Seis cosas sorprendentes de un lunes antes de mediodía:
Que te propongan hacer una dramatización de "El principito" para chavales de 14 años.
Que un "ex-suegro" te salude y sonría afectuosamente en la calle cuando se supone que no eras más que un apestado.
Que recibas un pedido de libros y estos vengan dentro de una caja de zapatos.
Que después de 35 años, tu tía te siga llamando Juanvi...
Que alguien te pare por la calle y te diga que está leyendo una novela tuya y que le está gustando.
No poder dejar de ver el video de más abajo una y otra vez sin una sonrisa enorme en la cara...
Bendito lunes...

viernes, 27 de noviembre de 2009

El beat de John Clellon Holmes


Tengo querencia por la llamada Generación Beat. Kerouac me gusta, aunque "Big Sur" me costara horrores acabarlo, "Satori en París" me gustó mucho y "En el camino" es en el camino, y a la espera tengo la lectura de la nueva edición de Anagrama del rollo original, y creo recordar que por algún lugar he de tener una preciada edición de "Los vagabundos de Dharma" en Losada del año pum que sí, me gustó mucho. Y eso sólo de Jack. El libro de Joyce Johnson "Personajes secudarios" de Libros del asteroide, lo tengo a medias (los famosos 18...) y me gusta volver a él y releer un par de páginas antes de donde me quedé. Ahora aparece "Go" de John Clellon Holmes, de cual no conocía, lo reconozco, ni su existencia. Según dice la editorial: "La novela que supuso el punto de partida de la Generación Beat. Hasta ahora inédita en español. Tenemos un carácter furtivo. Conocido como el "beat tranquilo", John Clellon Holmes recoge en su novela Go las peripecias de sus amigos Cassady, Kerouac y Ginsberg en el Nueva York de finales de los 40. Esta historia de sexo, jazz, drogas y calles nos muestra que la generación beat no se limitó a inventar una forma de vida: también una literatura y un modo revolucionario de mirar."

Lo he empezado (19 y subiendo), y me gusta... Citando a mi amigo Eduardo, hay cosas que oyes, ves y lees que te dan ganas de hacer cosas, de vivir, en una palabra, y no tienen que se necesariamente buenas o increibles, simplemente es otra cosa. A mí, con la generación beat, me pasa. Recuerdo la película "La última vez que me suicidé".... pues eso...

Dos fragmentos de "Go"...

"Hobbes llegó a conocer su mundo, indirectamente al principio. Era un mundo de deprimentes pisos interiores, cafeterías en Times Square, antros de música bop, andanzas nocturnas, encuentros en las esquinas, autostop, mil bares de moda por toda la ciudad, y las calles. Ese mundo estaba habitado por gente enganchada a las drogas y otros hábitos, gente que buscaba un nuevo grado de locura, gente conectada por los invisibles hilos de la necesidad, pequeños delitos o un extraño reconocimiento de afinidad. No paraban nunca, vivían de noche, corrían por todos lados “haciendo contactos”, desaparecían de pronto en la cárcel o por los caminos, y resurgían de nuevo buscándose unos a otros. Tenían una perspectiva clandestina y misteriosa de la vida y parecían ignorar todo lo que no fuera la realidad de los trapicheos, de un lugar donde quedarse, imbuidos en el frenesí del jazz, que no decaiga la marcha. Hobbes se acercó con precaución, incluso con temor, a las lindes de este mundo, incapaz de ignorar la inmediata fascinación. Había estado demasiado tiempo entre gente más vieja, menos activa, más mental. Necesitaba algo nuevo y excitante."

(...)

"Hobbes miraba el reloj, quería estar en casa antes de que Kathryn regresara del trabajo; además, tras tantos cigarrillos y tantos café, la cerveza comenzaba a producirle una extraña sensación de lentitud. Terminó la bebida y se levantó.
—Mira, Paul —dijo Pasternak—. Mejor me voy al centro con David a echarle una mano. De todas maneras, tú tienes que comer. Nos vemos en un par de horas, ¿de acuerdo? Así que Hobbes los dejó y deambuló de regreso por la calle bochornosa y oscura. Consideraba a ráfagas la posibilidad de estar borracho y amnésico en cuatro horas, experimentando esa ilusoria sensación de despreocupación y buena voluntad que el licor le proporcionaba. El pensamiento fue agradable y fugaz.
Se entretuvo en el apartamento, colocando los cojines, lavando las tazas de café, hasta que terminó por sentarse en su escritorio y releer la carta con insatisfacción. La colocó de nuevo en la máquina y escribió despacio:
«Perdona esta retahíla de estupideces. La temeridad de una vida cada vez más ajetreada. Y amándote en vano durante tanto tiempo desde el centro. Releyéndola, descubro que ni siquiera he mencionado esas palabras odiosas. Bien, te quiero, Liza. Olvida los circunloquios. Tuyo, H.»

Título: Go
Editorial: Ediciones escalera
Autor: JOHN CLELLON HOLMES
PVP : 19,00 €
ISBN: 9788493701802
Rústica
325 páginas

martes, 24 de noviembre de 2009

Ronnie James Dio hospitalizado

Tengo, como todo el mundo, debilidades inconfesables, confidenciales, confesables, y evidentes. Esta es una de ellas, no soy yo quién para encuadrarla en una u otra categoría.
La voz de este hombre me lleva acompañando casi toda la vida, y aún hoy me sigue emocionando. Elf, Rainbow (Rising es EL disco, o al menos así pienso a veces), Black Sabbath, Dio...
67 años, y pocos, por no decir ningino, se mantienen a su nivel, y con menos años ni siquiera se le acercan. Técnica, emoción, maestría, presencia (pequeña, pero presencia), ningún artificio y una carrera que tira de espaldas.
Ronnie James Dio ha cancelado todas las fechas que tenía programadas, está en el hospital. Su mujer y manager ha dado un comunicado pero solamente ha dicho que está ingresado, y que esperan que le den el alta pronto. Cojones... Llevo toda la semana poniendo sus discos.
Este video es de hace un par de meses... Esta canción pertence al último disco de Heaven & Hell (aka Black Sabbath). Dio, Iommi, Butler, Appice dando clases megistrales, no sólo en directo sino incluso con un último disco que me parece buenísimo.
Joder, 67 años... y me sigue poniendo los pelos de punta.
Orgullosa debilidad...



En el Radio City Music Hall de NY hace dos años... "They say that life's a carousel, Spinning fast, you've got to ride it well.The world is full of Kings and Queens who blind your eyes and steal your dreams.It's Heaven and Hell!!"

domingo, 22 de noviembre de 2009

De lo que significa ver dormir...

Somos animales moribundos
anhelando insomnes
la muerte de Aquiles
la caida del Muro
la herrumbre de la bici
de nuestra niñez.
A veces, sin motivo aparente
olvidamos la casaca
y el reflejo nos devuelve
la mueca
que no es de hastío
la sonrisa
que no es estertórea
los ojos
que no cierran dos monedas
y el amor
que con suerte no es de juguete.
Entonces
el animal moribundo
firma la tregua
un armisticio tan insolente como breve
pues en el fondo siempre supimos
que sí, era de jueguete
pero aún así nos recogemos
bajo la luna de unos brazos
que nos prometen el sol
la gloria de Aquiles
el tunel bajo el Muro
o simplemente
el brillo cromado de nuestra flamante sombra
sin tiempo, bajo nuestros pies

viernes, 20 de noviembre de 2009

Que lo que pierdas de grande no te faltare de noble...


Últimamente en las conversaciones con amigos sale el tema de los palos que nos dan en los medios acerca de si somos la generación perdida, sin ideales, que no hemos llegado a nada y demás zarandajas. La última vez que hablé de eso, por teléfono con mi lucero viajero favorito, me sulfuré un poco. No sé, ¿qué esperaban? Entre supercoco, el capitán Furillo, Cyrano, Fray Perico, el zorrillo apestoso, Tierno Galván, Holden Caufield, Mercucho y otros perdedores perdidos, nos educaron a conciencia, y seguramente el problema es que, salvo excepciones, igual es que nos creímos de verdad todo eso que las generaciones anteriores no dudaron en mancillar a las primeras de cambio y a las que nos siguieron tampoco les tembló el pulso para mearse encima, bien aprendida la lección. Resultado, que nos han dado bien por el culo. Generación de miras funcionariales, nos topamos con el overbooking del babyboom y con la avaricia de los que nos sacaban los pocos años suficientes para enarbolar la bandera de la movida y la transición como si les debiéramos todo lo que tienen.


Los lobos que nos siguen tienen bien aprendida la lección. Los que mediamos la treintena, más cerca de los cuarenta que de los treinta, somos la generación que ha llegado tarde a todo. Nos la colaron bien, y cuando nos dimos cuenta, los que nos seguían ya nos habían tomado la delantera. Claro que siempre hubo listos, y siempre hay excepciones, pero salvo esos y los que han alcanzado el salvavidas de la funcionarialidad, el resto parece que vivimos en un marasmo emocional y material constante. Resentidos maduritos, visionamos o leemos “El club de la lucha” y nos hierve la sangre y nos reconfortamos con el íntimo consuelo de poder seguir dándole vueltas a la imaginación, la única posibilidad de justicia poética que conocemos mientras nos seguimos deslomando por tirar palante, oscureciéndosenos la sangre oyendo a políticos y culturetas progres cada vez que nos quieren dar lecciones de moralidad… Seguramente, mi "gabacho shaolin" preferido tenga razón (cómo y por qué, en otra entrada...) y todo esto no sea más que recurrentes pataletas del ego, pero me gustaría llegar a fin de mes con el esfinter relajao y el recuerdo de la guillotina como un chiste y no como una necesidad...
Up the pecera's y up the irons!!!

Lecturas: a bote pronto, “El club de la lucha” de Palahniuk, cualquiera de Bukowsky o Raymond Carver, “Los detectives salvajes”, “Las partículas elementales” de Houellebecq...
Música: Junkyard, Jason Isbell, The Band, Ronnie Lane, Mike Bloomfield, Trouble, Paul Pena, Alejandro Escovedo, Forbidden, Overkill, 091, Fast Navarro, Bud Powell…


CYRANO:
¿Y qué tengo que hacer?
¿Buscarme un valedor poderoso, un buen amo,
y al igual que la hiedra, que se enrosca en un ramo
buscando en casa ajena protección y refuerzo,
trepar con artimañas, en vez de con esfuerzo?
No, gracias. ¿Ser esclavo, como tantos lo son,
de algún hombre importante? ¿Servirle de bufón
con la vil pretensión de que algún verso mío
dibuje una sonrisa en su rostro sombrío?
No, gracias. ¿O tragarme cada mañana un sapo,
llevar el pecho hundido, la ropa hecha un harapo
de tanto arrodillarme con aire servicial?
¿Sobrevivir a expensas de mi espina dorsal?
No, gracias. ¿Ser como ésos que veis a Dios rogando
-oh, hipócritas malditos- y con el mazo dando?
¿Y que, con la esperanza de alguna sinecura,
atufan con incienso a quien se las procura?
No, gracias. ¿Arrastrarme de salón en salón
hasta verme perdido en mi propia ambición?
¿O navegar con remos hechos de madrigales
y, por viento, el suspiro de doncellas banales?
No, gracias. ¿Publicar poniendo yo el dinero
de mi propio bolsillo? Muchas gracias, no quiero.
¿Hacerme nombrar Papa en esas chirigotas
que en los cafés celebran, reunidos, los idiotas?
No, gracias. ¿Desvivirme para forjarme un nombre
que tenga de endiosado lo que no tiene de hombre?
No, gracias. ¿Afiliarme a un club de marionetas?
¿Querer a toda costa salir en las gacetas?
¿Y decirme a mí mismo: no hay nada que me importe
con tal de que mi ingenio se cotice en la Corte?
No, gracias. ¿Ser miedoso? ¿Calculador? ¿Cobarde?
¿Tener con mil visitas ocupada la tarde?
¿Utilizar mi pluma para escribir falacias?
No, gracias, compañero. La respuesta es: no, gracias.
Cantar, soñar en cambio, estar solo, ser libre
que mis ojos destellen y mi garganta vibre.
Ponerme, si me place, el sombrero al revés,
batirme por capricho o hacer un entremés,
trabajar sin afán de gloria o de fortuna.
Imaginar que marcho a conquistar la luna.
No escribir nunca nada que no rime conmigo
y decirme modesto; ah, mi pequeño amigo.
Que te basten las flores, las frutas y las hojas,
siempre en tu jardín sea donde las recojas.
Y si por suerte un día logras la gloria así,
no sabrás darle al césar lo que él no te dio a ti.
Que a tu mérito debas tu ventura, no a medra y en resumen,
que haciendo lo que no hace la hiedra, aún cuando te faltare
la robustez del roble, lo que pierdas de grande
no te faltare de noble…



[Edmond Rostand, Cyrano de Bergerac]
La edicion de Alianza editorial, con traduccion de Mauro Armiño, es una maravilla.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Ya me lo digo yo todo, como Cyrano, y no termino lecturas


De un tiempo a esta parte he de admitir que muy a mi pesar soy un lector fragmentario y fragmentado. No es lógico, ni moral, tener 18 libros sin terminar de leer, y seguro que con poco esto está estipulado como patología y tiene hasta nombre. El motivo es sencillo, creo. Estoy sobreestimulado, y es normal, paso la mayor parte del día literalmente rodeado de libros, a lo cual hay que añadir la lectura diaria de blogs literarios; creo que esto último ha terminado por definir la manera en la que leo últimamente. Lecturas rápidas y fragmentadas, ilusión holística, bibliofilia, logomanía, no sé, pero he de poner remedio. No voy a poner la lista de los libros que se amontonan por los rincones (literal) y que no acabo (no que no logre acabar, de los 18 he quitado lo que sí, he empezado y he dejado por imposibles), porque lo malo es eso, todos me tienen enganchado, aunque igual luego escribo la lista, más que nada por ordenarme yo y saber cuáles son realmente y ponerme un orden de lectura...
Para colmo, releo… Y cuando me agobio por la falta de tiempo real para sentarme a leer despacio (el gran motivo de todo este desorden) me voy de “tapeo” entre las estanterías.
Un par de hojas de Murakami, de Huxley, de Gopegui, de Spinoza y vuelta a empezar…
Ayer leí unas gloriosas páginas de Cyrano de Bergerac de Rostand. Es una de mis piezas dramáticas favoritas. De la generación que vio a Gerald Depardieu encarnando a tan glorioso perdedor (1990), cuando leí el texto de Rostand, Cyrano tenía su cara, pero Roxana era algo privado (por cierto, no me olvido de la versión de José Ferrer). La he visto en teatro varias veces, con mayor o menos fortuna y, hoy por hoy, sigo recordando las 4 veces que vi la versión de Teatro Meridional, sobre todo una, en el festival de teatro de Alcalá de Henares, en una pequeña iglesia, donde no sólo Cyrano acabó llorando a lágrima viva (más de medio aforo terminó igual); inmenso Óscar Sánchez Zafra…



Hace años, cuando Internet era una entelequia, escribí en un fanzine sobre el Cyrano real, su libro "Historia cómica de los Estados e imperios del Sol. Viaje a la luna” siempre ha estado muy presente para mí y para Milos Meisner, y más aún en los pasados meses, pero a saber dónde tengo yo esa revista… Ayer leí la escena IV del primer acto y disfruté, como siempre, me acordé de muchas cosas, de cuando vi la peli, de cuando leí el libro y de un pajarraco torvo y vanidoso, y sobre todo sonreí un poco al saber que lamentablemente uno nunca tendrá la mente tan fresca ni el verbo tan ágil como para enfrentarse así a las afrentas… Porque todos, todos, tenemos una afrenta pendiente…

Edmond Rostand. Cyrano de Bbergerac (1897), I, escena IV
Ed Alianza, 2008 Traducción, Mauro Armiño.10.25 €
Ed. Espasa, 2006. 8.25 €

-¡Ah, no! Eso es muy poco, joven. Se podrían decir muchas cosas más, pero con otro tono. Por ejemplo, con tono agresivo: “Yo, señor, si tuviera tal nariz, me la arrancaba al instante”. O, en tono amistoso: “Se le mojará al beber; debería mandar que le fabricasen una copa especial”. O, con gesto descriptivo: “Es una roca, es un pico, es un cabo, pero ¡qué digo un cabo! ¡Una península!”. O, con aire de curiosidad: “¿Para qué sirve este accesorio?¿Para guardar tijeras?”. También en tono gracioso: "¿Os gustan tanto los pájaros que les ofrecéis paternalmente esa percha para sus patitas?. O truculento: "Cuando fumáis, señor, ¿podéis echar el humo por la nariz sin que los vecinos griten que está ardiendo una chimenea?. O, como advertencia: "¡Tened cuidado, que se os va a caer al suelo la cabeza, arrastrada por ese peso!". O, con ternura: "Debéis encargar para ella una sombrilla, no sea que su color se estropee con el sol". O, con pedantería: "Señor, únicamente el animal que Aristófanes llama hipocampoelefantocamello debió tener en la cara tanta carne sobre tanto hueso". O, con gesto caballeresco: "¡Eh, amigo! ¿Está de moda ese gancho? Por cierto que es muy cómodo para cargar el sombrero". O, con énfasis: "Ningún viento, excepto el mistral, podrá, ¡Oh, nariz!, enfriarte toda entera. Será el Mar Rojo cuando sangra". O, con admiración: "¡Qué emblema para un perfumista". O, con lirismo: "¿Es una caracola o es un tritón?". O, con ingenuidad: "¿Cuándo puede visitarse ese monumento?. O, respetuosamente: "Permitidme, señor, que os felicite; a eso llamo yo tener casa propia". O, con campechanía: "¡Eh, paisano! ¿Eso es una nariz? ¡Ca! ¡Eso es un nabo gigante o un melón pequeño!". O, en términos militares: "Lanzaos contra la caballería!". O, en fin, parodiando a Píramo, con un sollozo: "¡He aquí una nariz que ha roto la armonía de la figura de su dueño! ¡Así está roja de vergüenza la traidora!"... He ahí más o menos, lo que vos me habríais dicho, de tener alguna erudición y algún talento. Pero de inteligencia, ¡Oh, el más lamentable de los seres!, jamás tuvisteis un átomo, y de letras no tenéis más que las cinco que forman una palabra: "tonto". Y aunque hubieseis tenido la inventiva necesaria para dirigirme, delante de esta distinguida concurrencia, todas esas bromas, tampoco hubierais dicho la cuarta parte de la mitad de una sola, puesto que me las digo yo mismo con mucha facilidad y no permito que ningún otro me las diga".

Y aquí la maravillosa versión rimada...
Yo llevo moralmente la elegancia...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Imelda May

Con todo el dolor de mi corazón.... me lo voy a perder....
Porca miseria... y maldito parné...
aysss....
El jueves 19... Sala Caracol, si podeis no os lo penseis...


Un diosa deliciosa....

lunes, 16 de noviembre de 2009

Reina de picas


"Al borde del desguace
Sumiso
Descabezado y sin remedio
El setentaicuatro revolviéndolo todo
En la antesala de los últimos años
Viendo barcos de brújulas rojas
Cabotaje igualmente cobrizo
Y timón desmemoriado
Ya ciegos, todos
Alguien me dice que comprende
que recurrir al faro
Es algo demasiado
Sencillo y demasiado
Insensato
Y puestos a hacer rodar cabezas
Que ruede sólo la mía"

A. Carnicero.
"La exclusas del nautilus"
Ed. Pacífico. 1998. Buenos Aires. 15 €

sábado, 7 de noviembre de 2009

Roadhouse Sun


En esta época uno encuentra música por el canal que todos sabeis, y basta una tarde tonta clikeando sin parar, de una cosa a otra para dar con cosas que nunca d eotro modo hubiéramos encontrado. Escritores, películas que en la vida hubiera soñado ver o conocer su existencia, y música, claro... Discos que en mi adolescencia era incunable y inencontrables, que formaban casi parte de una mitología privada e inalcanzable, ahora flotan en la nada de mi disco duro, no sé de su existencia física pero al menos los he escuchado (Granicus, los 4 discos de Bobby Whitlock, el que hacía sombra a Eric Clapton en Derek and the Dominoes...)
Luego navegas y ves que hay otros como tu. Me pasó con Will Hoge, lo descubrí en myspace hace 4 años, y me acuerdo especialmente porque fue mi primera compra trasatlántica, y ahora igual cae en el Azkena del 2010. Y me pasó con Ryan Bingham.

Ryan Bingham es un muchachote de Nuevo México que se mueve en los territorios del llamado country alternativo o americana. Aún no tiene 30 años y ya tiene cuatro discos a sus espaldas. Bingham pertenece a esa clase de tipos rudos que cantan con el polvo del desierto en su garganta. Las letras de sus canciones son aridas y realistas, un reflejo de su vida errante. Vidas Rebeldes de John Ford no le pilla muy lejos. Ryan Bingham ha crecido dentro de la típica familia desestructurada del medio oeste americano y ha llevado una existencia errante desde muy joven, hostales, carreteras infinitas y antros donde tocar, hacho que compaginaba con principal fuente de ingresos (hasta hace 3 años), montando toros en el circuito de rodeos. Algunos críticos dicen que su voz se asemeja a un cantante de más de cincuenta años. Esta sensación se palpa en la primera escucha, se oyen ecos del Dylan más eléctrico, de Steve Earle o Drive-By Truckers. Sus dos ultimos discos han sido producidos por el gran guitarrista y ex-Black Crowes, Marc Ford. Tras dos discos en la modesta compañia tejana Lone Star Music, Wishbone Saloon en 2004 y Dead Horses en el 2006, ficha por Lost Highway Records y saca otros dos discos, Mescalito del 2007 y Roadhouse Sun en el 2009.


Mescalito me fascinó. El disco perfecto para cualquier tarde tonta mirando caer el sol en la estepa manchega. Roadhouse Sun me ha volado la cabeza. Desde que me llegó lo devoré, bueno, antes, porque lo escuché antes, copia de seguridad en el cd del coche y de ahí no ha salido hasta dos semanas después (cambiado por Joy de Phish, por cierto).
No sé si será la producción de Marc Ford, o que Bingham como compositor a dadu un paso más, pero el disco suena tremendo. La paleta musical incluye los popes citados antes y en canciones como "Change is" se nota que los caminos de Wilco son inescrutables y muy fructíferos. Insisto, uno de esos discos que crece en matices y profundidad con cada escucha, uno de los discos del año.

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