viernes, 10 de junio de 2011

Tedeschi Trucks Band. Revelator



Capeando el temporal, haciendo oídos sordos a los agujeros del camino empedrado, ante mí se yergue un panorama preocupante que sé que requiere por mi parte algo de serenidad. Una especie de "escrito" nuevo bulle en mi cabeza y robo tiempo al tiempo para plasmarlo como pueda; afortunadamente mis ansiolíticos siguen siendo los mismos que me he preocupado por administrame a mí mismo a lo largo de los años y, aunque suenen rimbombantes, suelen llevar el apelativo de arte. A pesar el chaparrón que me está cayendo (proyectos que se caen, trabajos que no salen, contratos fantasmas, futuro incierto...) me sorprende (o no) en ansia con el que he afrontado la publicación de la aventura musical en la que se han embarcado Susan Tedeschi y Derek Trucks. Pareja en su vida privada (y hasta ahí la nota rosa de la semana) era inevitable que acabasen publicando algo conjunto viendo las cada vez más numerosas colaboraciones de cada uno en la carrera del otro. La aventura se hizo palpable en la colaboración con Herbie Hancock y en la gira del festival itinerante de Clapton (el Crossroad, que si no me equivoco va por la 5 edición) que el año pasado contó con ellos ya como banda de facto. La Tedeschi Trucks Band tiene el siguiente e inmenso Line up: Susan Tedeschi - Guitar/Vocals, Derek Trucks - Guitar, Kofi Burbridge - Keys/Flute, Oteil Burbridge - Bass, Tyler Greenwell - Drums/Percussion, J.J. Johnson - Drums/Percussion, Mike Mattison - Background Vocals, Mark Rivers - Background Vocals, Ryan Shaw - Background Vocals y David Ryan Harris - Background Vocals. No es malo aceptar los salvavidas que uno se encuentra por el camino, ni tampoco lo es agarrarse a ellos con fruición. La Exposición sobre fotografía obrera del Reina Sofía y el recuerdo de un día entero perdido en dicho museo descubriendo a Yayoi Kusama y a Roberto Jacobi, el visionado de la última temporada de The Wire como quien se abalanza a la lectura de las últimas 200 páginas de Crimen y Castigo, es decir, con el convencimiento de estar asistiendo al final de una obra maestra, y la escucha de ciertos discos, muchos que se decantan como el vino y quedan en pocos, los justos, los que, demonios, te cogen de las pelotas (o de las pelotas del alma, esté donde esté, tal vez en el mismo sitio y no en el hipotálamo cartesiano o en una válvula aórtica artificial). Ayer me hice 200 kms y el último disco de la Tedeschi Trucks Band sonó una y otra vez en el reproductor del coche. Que todo es perfecto en él, que suena orgánico y en movimiento, que suena feliz, que suena a primavera mediada, que suena a todo irá bien, que suena a comunidad, a trampolín, que suena perfecto y a la vez suena a "en directo debe sonar mil veces mejor", que suena a libertad, a luz, a sombra tenue bajo un árbol, que suena a antídoto contra el vértigo mundano o contra la mediocridad imperante, que suena a familia, que suena a todo eso y más es evidente, palmario, notorio y 100% necesario, al menos para alguien como yo. Una nota más, podría tirarme horas y horas hablando de cómo toca Derek...

http://www.tedeschitrucksband.com/

Space Captain...



Midnight in Harlem



Anyday (The Derek Trucks Band w Susan Tedeschi haciendo volar el tema de Derek and the dominoes)


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